Recopilar y almacenar grandes cantidades de información no sirve de nada si no la seleccionas, organizas y evalúas las fuentes y contenidos. Por ello, antes de empezar la búsqueda, conviene que sigas estos pasos:
1. Definir los objetivos y la finalidad de trabajo, ya que determinarán el tipo de búsqueda que tenemos que realizar. No es lo mismo una búsqueda bibliográfica efectuada con fines de investigación, que la elaboración de una tesis doctoral, que una búsqueda para un trabajo de clase.
2. Concretar lo que sabes sobre el tema
3. Consultar a especialistas en la materia.
4. Consultar obras de referencia: te ayudará en una primera toma de contacto, al tiempo que te introduce en la terminología propia del campo en cuestión y aporta un primer conjunto de referencias bibliográficas a las que dirigirte.
5. Destacar los aspectos de interés del tema, estableciendo las cuestiones que abordar y las que dejar a un lado.
6. Delimitar el trabajo, acotando el ámbito cronológico, idiomático y tipológico de los documentos.
A través de la biblioteca puedes consultar fuentes de información tanto impresas como electrónicas (obtener libros, artículos, ponencias, periódicos, referencias en bases de datos, audiovisuales, tesis, etc.). Se trata de documentación de calidad, organizada e indizada para poder acceder a ella fácilmente e incluso a documentos de otras bibliotecas utilizando el servicio de préstamo interbibliotecario.
Consejos para obtener mejores resultados en las búsquedas
Las fuentes más fiables son las que nos aportan información de calidad, como:
En Internet encontramos numerosas fuentes fiables de información como las que nos proporcionan:
A la hora de decidir si las fuentes escogidas contienen información de calidad y son apropiadas para la investigación, debes fijarte en algunos puntos que te servirán para comprobar su validez, como por ejemplo:
1. Autor: comprueba si es un experto en el tema; si tiene más publicaciones sobre el mismo; institución en la que trabaja, etc. Debes valorar su conocimiento, experiencia, especialización y prestigio en su campo de investigación.
2. Editor: observa si es comercial o institucional y si hacen revisiones para garantizar la calidad antes de publicar. Indaga sobre la reputación y prestigio de la editorial.
2.Contenido, estructura y su actualización: comprueba si incluye información precisa, conclusiones bien argumentadas y fuentes de información bien citadas. También es importante, en el caso de una web, prestar atención a la periodicidad con la que se actualiza el contenido.
3. A quién va dirigido es decir, si es para público en general o expertos.
Por otro lado, si la fuente es una Web, hay otros factores a considerar como la facilidad de navegación o recuperación de la información, etc.